Creamfields 2012

Cuando en el año 1998 la discoteca Cream de Liverpool lanzó su festival Creamfields,  no pensó que en unos años iba a convertirse en una de las marcas más codiciadas en el panorama electrónico. Desde ese mismo año la playa de Villaricos acogió la primera edición en España, y a partir de ese momento comenzó una andadura que desembocaría en la edición de este año 2012, en el circuito de Jerez.

De partida el cartel para esta edición confundía. Por un lado atraía por las apuestas arriesgadas pero prometedoras que en él se presentaban y, por otro, daba pie a la duda, debido a algunos artistas de “relleno” embutidos por la organización.

Para esta ocasión Creamfields contaba con 4 escenarios, uno más que en la edición anterior, con uno central donde se podía ver a las apuestas seguras por parte del Festival. En cuanto a la ubicación y organización, el circuito de Jerez se convierte durante estos dos días en una gigantesca pista de baile que preside la majestuosa torre de control del circuito.  Sin agobios, con buen ambiente y con una organización notable en cuanto a accesos y servicios, la primera impresión del Festival presagiaba un buen fin de semana.

Para empezar, una de las cabezas fuertes del cartel, los ingleses Orbital, tocaron tan temprano que fue imposible verlos. Desolación. Primer “tirón de orejas” para la distribución de un line-up que fue, sin duda, lo peor de este Creamfields. Así que una vez dentro, pasada la media noche, decidimos comenzar nuestro periplo fiestero con otros de los popes de la electrónica, The Chemical Brothers.  El dúo inglés deja bastante que desear cuando se trata de su Dj Set, en comparación con su “live”, donde el montaje audiovisual transmite y aniquila, tras los platos los londinenses se mezclan con el “común” de los mortales.

Decidimos continuar nuestro recorrido por Creamfields en busca de un valor seguro, de esos que nunca decepcionan. Carl Craig y su “69”, el live que tiene programado durante esta temporada, no da pie a la duda. Su directo explora las posibilidades del sonido sintetizado y crece en dureza conforme avanza. Su juego de máscaras marca las fases de un espectáculo seductor y rotundo.

Una vez saciado el apetitito de Carl Craig regresamos al escenario donde The Chemical Brothers daban por sus últimos coletazos. A continuación, los británicos Above & Beyond tomaban las riendas. El trío más representativo de la escena trance solo nos brindó con la presencia de uno de sus miembros. El set estuvo cargado de sus producciones y de su sello Adjunabeats, para entusiasmo de algún devotó trance que se dejó ver por el Festival. Pastel sabroso pero con demasiado azúcar.

A continuación, cambio de tornas y a los mandos Oscar Mulero. La incoherencia en los line-ups se hacía palpable y dice muy poco de una organización que tenía espacios y artistas como para no haber realizado un popurrí de difícil calificación. Aún así, ni Above & Beyond, ni Oscar Mulero fueron infieles a sus estilos. El madrileño, con aspecto leonino y con salvaje presencia en cabina, descargó su contundencia a través de un techno oscuro y demoledor que no dio descanso. Técnica y manejo exquisito para uno de los mejores representantes del techno patrio.

Tras consumir gran parte de la sesión de Mulero decidimos darnos una vuelta para ver a Zombie Kids, e ir haciendo tiempo para el que sería el plato fuerte de la noche, Scuba. Zombie Kids se han colado en la escena indietrónica y cuentan con una serie de fieles seguidores que brincan sin parar. El  dúo  hizo las delicias de sus parroquianos  contemas como Spanish Sauce Mafia o Drums of Death. El broche final lo puso Bob Marley, It is Love.

Finalmente, el gran Scuba. El creador de uno de los discos de este año Personality, es una de las piezas fundamentales para conocer la evolución de la música electrónica de los próximos años. Su sesión recogió componentes experimentales, sísmicos, volátiles, ardientes, en una perfecta conjunción entre techno, deep, brake e incluso jungle. Simplemente sublime. Un gran cierre para una noche especial.

El segundo día nos recibió con la actuación de John Talabot, uno de los djs y productores más citados y seguidos por nuestra revista. En esta ocasión llegaba en formato dj set, aunque su compañero de fatigas live, el madrileño Pional, también actuaba en esta edición de Creamfields. Talabot sabe elegir y hacerlo muy bien. Le respalda un eclecticismo músical que le permite explorar y encontrar joyas que juegan con la magia y los sentimientos. Sin embargo, su presencia en cabina es escasa. Escondido bajo su gorra, Talabot se mostró extremadamente tímido e inexpresivo, detalles secundarios pero con importancia a la hora de conseguir transmitir y conectar con el público.

Entre tanto pudimos ir a ver a Crookers. El Nu Rave que tanto les caracteriza  no defraudó. No faltaron sus clásicos Knoobers, We love animal, Day ‘N’ night,   junto a algunos de los temas de  su último disco Doctor Gonzo.

Posteriormente nos dimos una vuelta para movernos con el cumplidor tech-house cargado de percusión de Popof y ver el final de Knife Party. Sonó su Internet Friends, una de las canciones que más han atronado durante este 2012,consiguiendo llenar de entusiasmo la pista central.

A continuación, y tras una larga espera en el escenario central debido al montaje de los equipos de sonido de cada artista, otro de los grandes defectos que se puede poner a la organización, llegó el turno de Modeselektor. Los berlineses supieron combinar sus  visuales con su  techno experimental e IDM, conectando con el poco público que se quedó tras la actuación de Knife Party.

Otro de los máximos exponentes de la escena berlinesa, Miss Kittin, fue el siguiente artista que decidimos escuchar. Su tech house mágnetico y eléctrico se acompañó con su propia voz, ofreciendo una sesión muy movida, perfecta para las horas en las que nos encontrábamos.

Finalmente cerramos nuestra visita a Creamfields 2012 con las actuaciones de Four Tet vs Caribou y James Holden. Los primeros, en un set arriesgado cara a cara, supieron ofrecernos una sesión que, si bien algo exenta de técnica, ofrecía aire fresco gracias a su cuidada selección musical. Tanto Four Tet como Caribou son artistas polifacéticos que marcan tendencia dentro de la electrónica actual, sin duda un gran acierto por parte de la organización su contratación. El colofón llegó de la mano de  James Holden. El jefe de Border Community supo recoger el testigo anterior y deleitar con una actuación cargada de vanguardia y evolución, perfecta para el cierre de un Creamfields dispar pero efectivo.

Unos nos fuimos al hotel, otros continuaron la fiesta con el sonido sísmico de Dj Tiesto. Si bien su declive es notable, no hay que negarle que continúa enganchando a un gran número de público calentando las pistas de baile.

Creamfields nos deja una vez más con un buen regusto, un Festival que tiene cosas que pulir, pero que apuesta por la música electrónica ofreciendo artistas diferentes y de calidad. Lo mejor, como siempre, la compañía.

BY: Luis Montes y Manuel Velasco

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Un comentario en «Creamfields 2012»

  • el agosto 16, 2012 a las 19:41
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    Otros vimos a Stve Aoki y no defraudó. Volaron tartas, derramó botellas de champagne y como no, salieron a volar por el público sus ya conocidas barcas hinchables, musicalmente siguió su línea habitual poniendo temas como Turbulence, New Noice, Warp 1.9, Tornado, dejando un poco atrás su nuevo disco del que puso una Remezcla de Earthquakey y poco mas. Destacó también los visuales, que sí que es verdad que también pudimos verle en Tomorrowland, pero allí no los uso.

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