Análisis Guten Tag

Se está convirtiendo en norma general contar con material nuevo, a modo de LP, de Paul Kalkbrenner todos los años. Si durante 2011 fue a través Icke Wieder como nos mostró su particular estilo, este 2012 le ha tocado el turno a Guten Tag, su nuevo álbum. Una abundancia productiva que sacia a los seguidores del de Leipzig, pero que tiene el peligro de caer en cierta saturación.

Sin duda Kalkbrenner ha “sacudido” durante los últimos años la escena de la música electrónica más encarada a las pistas de baile. Su Techno envolvente cubierto de retazos minimalistas y características percusiones insufló aire fresco a una escena falta de material atractivo que aunara contundencia con sentimentalismo.

Pero quizás, el deseo de mantener su naturaleza le puede haber llevado a alcanzar sus límites como artista y caer aprisionado en su propio estilo. Es evidente que su crecimiento en cuanto a popularidad es cada día más notable. Como fenómeno de masas continua una andadura recta y efectiva. Su magia, en este sentido, parece otorgársela su cierto pasotismo, que encubre el deseo de diferenciarse y llegar de esta manera a un mayor público. Sin embargo, su esencia artística, basada en sus apabullantes directos, colma las expectativas esperadas, pero a menudo se echa de menos que incorporé novedades que enriquezcan su sesión, sobre todo para seguidores habituales. Las limitaciones de jugar con una línea argumental en su directo parecen estrechar, en ocasiones, su libertad artística.

Gugen Tag viene a ser el ejemplo de lo anteriormente comentado. Se trata de un álbum que recoge al Kalkbrenner más identificable, pero que apenas deja algún resquicio para la sorpresa y la posterior fascinación. Es un largo demasiado previsible.  Ello no quita que entre sus canciones se encuentren bajos y melodías que funcionarán a la perfección por su potencia y gancho destructor, como en los casos de Truemmerung, Das gezabel, Der Stabsvoernern…. Igualmente, el LP cuenta con pequeños guiños instrumentales que aparecen inesperadamente: Schnurbi, Fochleise-kassette, Datenzwerg, canciones que muestran un Kalkbrenner más polifacético.

Por lo general Gugen Tag recuerda mucho a Self, uno de los primeros álbumes de Kalkbrenner. Entre líneas se escapa algún elemento innovador que, si el teutón rescata y continúa ese camino, podría impresionar y refrescarse en próximos trabajos, como sucedió con el prodigioso Berling Calling. Palabras mayores.

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