Crónica Aquasella 2017

Aunque parezca mentira, con tantos años de festivales a nuestras espaldas, este año, en su 21ª edición, era la primera vez que acudíamos a uno de los eventos más consagrados de nuestro país como es Aquasella. Un lugar lleno de encanto, no sólo por la ubicación tan especial en la que se realiza, ya que el paraje a las faldas de las montañas es completamente verde pese a ser Julio, sino también por el gran ambiente que se respiraba entre todos sus asistentes, que hacen que Aquasella sea un lugar que visitar de forma casi obligada.

Con todo esto, nos situamos en el segundo día de festival -ya que el viernes nos fue imposible asistir- nos dispusimos a entrar hacia las 18.00H de la tarde para disfrutar de una de las primeras sesiones de la segunda jornada de Aquasella, que correría a cargo de uno de los djs y productores más destacados de nuestro país como es el catalán COYU. Una sesión que comenzó sin titubeos ni transición haciendo que el público asistente, del que cabe decir que pese ser tan temprano era bastante numeroso, vibrara desde el minuto 1 hasta el final.

Un techno contundente que ha hecho que Coyu se convierta en una de nuestras figuras más internacionales de nuestro país cuyos tracklists suelen estar muy cuidados y, en este Aquasella, no iba a ser menos. Una larga lista de tracks propios dejando claro por qué Suara se ha convertido en ese gran label donde todos los artistas, tanto emergentes como consagrados, quieren publicar. Mención especial al cierre que realizó con uno de los temas que fue el culpable de que el techno se extendiera como una plaga en el norte de nuestro país. No es otro que “La Real” que hizo que el público se terminara de volcar con Coyu.

Después de este gran comienzo aprovechamos para conocer más ambientes del recinto y, tras una visita por las barras, en las que en ningún momento hubo una gran acumulación de gente, y una parada a la zona VIP, repleta de gente, fuimos a visitar uno de los escenarios con más encanto como es El Bosque. Un espacio reservado para los artistas de la tierra con algún que otro “peso pesado” como David Mallada o Richi Risco que ubicado dentro de una arboleda hacían que la visita a este punto fuera obligada.

Después de esta pequeña gira, disfrutamos de la actuación de UNER, el cual volvía a Aquasella para deleitar a los asistentes con un set especial de 3 horas. Una sesión que comenzó algo más melódica dejando entrever ese gusto musical que le acerca más al techno experimental con reminiscencias a artistas como Marc Marzenit o Henry Saiz, para terminar con una última hora con el sonido más underground y potente con tracks de Kölsch o Blondish.

Con la noche ya a sobre nuestras espaldas nos dirigimos al punto más “oscuro” del festival ya que en la Carpa Carlsberg iban a tener lugar dos de las actuaciones más esperadas de esta segunda jornada. Ambos son dos referentes del techno mundial, pioneros dentro de sus regiones y que han sabido exportar este sonido por todo el mundo para hacerlo crecer durante varias décadas.

El primero de ellos es el alemán LEN FAKI, creador de muchos himnos como “Odyssee II” del que escuchamos algunos acordes. Un set lleno de energía con el techno más clásico con reminiscencias a finales de los 90 y principios del 2000  con guiños a muchos compañeros de profesión en un tracklist repleto de grandes nombres como Sven Väth o Truncate que hizo que los asistentes se trasladasen a esos antiguos clubs berlineses que supusieron el comienzo de este gran movimiento en Europa.

Todo esto llegó a su culmen con la presencia de “The Martian”, JEFF MILLS del que poco más hay que decir ya que, una vez más, su directo fue fino, cuidado y de alta calidad explotando esa archiconocida Roland que tanto gusta a sus fieles seguidores. Tracks como “Automatic”, “The Bells”, “Spider Formation” o “Alarm” y, como no podía ser de otra manera, algún que otro homenaje a UR (Underground Resistance) hicieron que el final de nuestra visita fuera algo inolvidable.

En definitiva, un primer contacto con Aquasella que se lleva una muy buena nota tanto a nivel musical como a nivel organizativo con la pequeña pega de que, el sonido, en muchas ocasiones, no fue suficiente. Sin embargo, todo lo vivido fue una experiencia muy grata que sin duda nos hará volver el año que viene.

Txt. Javier Rivate

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