Crónica BIME Live 2017
Muchos y muy buenos comentarios habían llegado a nuestros oídos acerca de uno de los mejores eventos del otoño de los que es posible disfrutar en nuestro país y, este año, y después del gran cartel que habían ido creando durante los últimos meses, nos decidimos a asistir a Bime Live por primera vez.
Después de un viaje desde Madrid y de un número considerable de pintxos en las famosísimas siete calles de Bilbao, nos dispusimos a entrar a esta nueva edición de Bime Live. Una entrada sin esperas ni cola alguna mostrando ya la gran capacidad organizativa de la que tanto se hablaba de ediciones anteriores. Un comienzo en el que, una vez recargada nuestra pulsera (lo que nos llevaría unos 10 – 15 minutos cada día) nos dirigimos al escenario techno, Gaua, donde la iluminación y el ambiente cargado de humo y oscuro unidos al gran sonido nos recordaba a esos clubes underground de principio de los años 2000 cuando el sonido techno se hizo grande en nuestro país.
Una primera actuación donde Joy Orbison nos deleitó con su versatilidad a los platos trasladando su mejor sonido londisense a las calles de Bilbao. Un set del que disfrutamos adentrándonos en los sonidos más industriales con los que no bajó el listón en ningún momento haciendo que el público asistente se mantuviera en un gran estado de ánimo con continuos golpes que hacían que las piernas se te movieran solas.
Después de esto, el ambiente era espectacular, momento perfecto para disfrutar de una de las actuaciones estelares de la noche en el escenario Heineken. Allí, los Hartnoll, más conocidos como Orbital, nos llevaron de la mano a los años ´90 donde el «bakalao» comenzaba a surgir con tanta fuerza y calidad que supieron crear una fiel legión de seguidores. Unas visuales de reminiscencia continua hacia sus primeros trabajos allá por 1991 y 1993 con los dos volúmenes de «Orbital», con algún que otro toque más actual con varias de sus últimas publicaciones, tales como «Pulsher», con las que supieron mantener al público al borde del éxtasis durante toda su actuación.
Con todo esto, llegábamos a, para nosotros, el plato fuerte de la primera jornada y una de las principales razones de por qué nos habíamos trasladado hasta Bime Live, ya que el dúo islandés Kiasmos hacia su aparición en escena y, después de un acompasamiento perfectamente programado de ambos artistas, dieron comienzo a un live que difícilmente olvidaremos. Una atmósfera muy especial que sólo ellos saben crear repasando todas sus publicaciones: «Looped«, «Swept» y «Blurred» fueron el guión de una noche perfecta en la que llegamos a un climax sonoro con el que nos acostamos hasta el día siguiente, no sin antes dejarnos caer, de nuevo, por el escenario Gaua para ver a Jackmaster.
Así, tras un breve descanso y otros tantos pintxos, llegamos a la segunda jornada de festival, en la que nos aguardaba otra de las grandes razones de por qué Bime Live 2017 iba a ser tan grande. Después de una entrada, de nuevo, rapidísima, nos alejamos del gran público que estaba disfrutando de la actuación de Franz Ferdinand para volver al escenario Gaua y ver a uno de esos djs que se salen fuera de lo normal, ya que El_Txef_A nos demostró el por qué de su gran éxito fuera de nuestras fronteras. Un nuevo set lleno de sonido ácido con un listón bastante alto que se convirtió en el perfecto telonero de lo que venía después.
Y es que, por fin llegaba el turno del, para nosotros, plato fuerte del día: The Prodigy se hacía con el escenario Heineken. Las palabras se quedan cortas para describir una actuación de este calibre, y es que parece que los años no pasan por los británicos. Un comienzo, algo tardío, que compensaron con los primeros acordes de «Breathe « para continuar con un repaso por toda su carrera «Smack My Bitch Up», «Posion», «Voodo People», «Invaders Must Die», «The Omen» o «The Day is My Enemy» para terminar con «Their Law», «No God» y «Take Me To The Hospital» que hicieron que el sudor inundara a todos los asistentes, a los que nos llevaron a nuestros mejores recuerdos de una época dorada en la que los años no pesaban tanto. Por poner un pero, un pequeño tirón de orejas a Maxim, a quien echamos en falta durante algunos temas.
Con poca energía ya pero, a la vez, con muchas ganas de continuar, nos «giramos» para volver a escuchar a uno de esos artistas por los que el tiempo parece no pasar. Nos estamos refiriendo a la eminencia francesa Vitalic que presentaba su espectáculo «ODC Live» en Bilbao. Un Live de poco más de una hora de duración donde el repaso a todas sus grandes producciones fue continuo. «Stamina», «Poison Lips», «La Rock» o «No Fun» hicieron las delicias de los viejos rockeros allí presentes.
Un viaje al que partíamos con mucha ilusión y en el que hemos vivido una grata experiencia. Ya sea por la ciudad espectacular que es Bilbao, por la cultura de pintxos que existe en el Casco Histórico del que dimos buena cuenta, por el gran recinto en el que se lleva a cabo el festival (BEC!) del que mucho tendremos que aprender en la capital, por los bilbaínos de los que nos llevamos un gran recuerdo o por las grandes actuaciones que hemos visto, está claro que Bime Live ha superado todas nuestras expectativas.
Tx. Javier Rivate