Crónica Monegros Desert Festival 2013
Parece mentira pero ya ha pasado un año entero, 365 días esperando una nueva visita a la que es, casi, mi segunda casa ya que, con esta nueva edición, cumplo mi séptimo paso por el desierto de los Monegros. Una vez más, el viaje hasta allí, se hizo largo. Cinco horas de autobús dan para mucho pero, ese es otro de los encantos de este festival ya que durante ese viaje y, según nos vamos acercando a nuestro destino, se van respirando más y más nervios y se van juntando las ganas por volver a pisar esa arena rojiza tan característica del desierto.
Una vez en nuestro destino, nos situamos en las puerta de acceso, sin casi esperas y, eso que acaban de empezar los franceses más esperados de esta edición, Justice que prometían un dj set lleno de altibajos y que, nada más entrar, empezamos a escuchar los acordes de uno de los mejores temas de su álbum más reciente, “Canon”, donde el punteo de guitarra del tema se nos “metió” hasta dentro. Iba a ser un dj set lleno de incertidumbre ya que desde su gran álbum y gira “A Cross The Universe” allá por 2007, el cambio que ha dado el dúo francés ha sido considerable, optando por una música más indie ganando adeptos, por un lado, y perdiendo fans por otro. Sin embargo, mis sospechas, no se hicieron esperar y poco tiempo tardé en darme cuenta que lo suyo son los lives.
Tras dos horas, vamos a definirlas como “un poco extrañas”, llegó el turno de otro de los grandes nombres de la noche, el dúo británico Underworld quienes, desde un principio crearon una atmosfera de los años 90 con sus temas ya clásicos y con su gran vitalidad sobre el escenario: Karl Hyde no paraba de moverse; culminando su hora y cuarto de actuación con uno de esos momentos que sólo ellos saben crear con su gran tema “Born Slippy” poniendo los “pelos de punta” a más de uno.
Cuando terminó su enorme actuación, por la Main Stage desfilaron algunas de las creaciones de esta segunda edición de DesArt, destacando el espectáculo “Dragon” de la compañía francesa Planete Vapeur, con su increíble dragón de 22m que no dejó indiferente a nadie acompañado por los dinosaurios de la compañía holandesa Close- Act Theatre con su espectáculo “Saurus” y los dragones de Sarruga. Además, un impresionante caballo de 16m de la compañía española La Fura del Baus se paseaba por allí, demostrando que el producto nacional merece una mención especial por su grandiosidad. El mundo submarino de Les Chymères con “Aquatica” también estuvo presente, con dos enormes peces de casi 5 metros de altura y 4 medusas que volaron por el cielo de Monegros.
Después fue el turno de “Brutalic” quién presentaba su nuevo espectáculo de luces y sonido a todos los asistentes y que, como nos tiene acostumbrados en todas sus actuaciones, no defraudó, impregnando el escenario con sus sintetizadores y sus sonidos ya clásicos, aunque mejorados y adaptados a los nuevos sonidos como “No Fun”, “My Friend Diario” o “La Rock”.
Sin un momento de pausa, nos trasladamos a ver una de las actuaciones por las que tenía bastante predilección: el live de The Bloody Beetroots, a quienes teloneó, el gran músico sud-africano Sibot, quien hizo las delicias del público con su gran dub-step creado en riguroso directo metiéndose a la gente en el bolsillo y, preparando un gran ambiente para la aparición del gran Sir Rufus, uno de los grandes músicos del siglo XXI al que no le basta con la música electrónica como tal, sino que busca toda la complejidad de sonidos creando una actuación completa. Si estuviésemos unos siglos atrás, el italiano sería considerado uno de los virtuosos de la música ya que maneja el piano, la guitarra y, casi todo lo que se le ponga por delante, con una gran facilidad, trasladando el amor, la pasión y la seriedad con la se toma su música todos los asistentes.
Sin embargo, aún quedaba más, ahora era el turno de uno de los grupos que llevo siguiendo desde hace relativamente poco tiempo, más o menos desde 2011, y que es difícil ver por Madrid. Me estoy refiriendo al grupo francés Dirtyphonics, quienes supieron llenar el hueco que dejó la actuación de Feed Me y continuar con la gran contundencia de The Bloody Beetroots. Una vez más, los cuatro integrantes de la “banda”: Pho,
Charly, Thomas y Pitchin nos hicieron saltar con su dub-step, electro-rock y drum&bass, siempre muy acompasado y energético, que nos terminó de “rematar” y con los que, una vez finalizada su actuación, nos vimos obligados a sentarnos una rato y descansar.
Una vez recuperadas las fuerzas y, después de haber comido y bebido más tranquilos, volvimos a ponernos en marcha en nuestro habitual ritual de “paseo mañanero” con el que, con una cerveza bien fría, nos recorremos todo el festival observando el ambiente en todas y cada una de las carpas. Hay que recalcar la gran ausencia de este año, “la Chozita”, una parte mítica del festival y donde han actuado alguno de los dj´s míticos y ya, tristemente, desaparecidos (recuerdos al gran Sideral quien con su disco “Darkhouz & Popotronic” me ha hecho “volar” en más de una ocasión). Por otro lado teníamos el escenario Bacardi Tent donde, año tras año, la contundencia crea adeptos ampliando, poco a poco, la calidad de sus actuaciones y, el escenario Row, el cual, por segundo año consecutivo, fue la gran sorpresa de la noche ya que, fueras a la hora que fueras, el ambiente era inmejorable.
Antes de terminar, queremos hacer una especial mención a nuestros amigos de Eargasm, a los que conocimos a las puertas del Festival y que solo tuvieron buenas palabras para nosotros, además de regalarnos un tríptico que se habían currado con los horarios. Muchas gracias amigos, esperamos que disfrutarais del desierto!
Con todo esto, llegó la hora de despedirse, una vez más, con una sonrisa y una sensación en el cuerpo de satisfacción, felicidad y agradecimiento por darnos la oportunidad de poder disfrutar de este festival un año más y hacer posible esta “fábrica de sueños” donde dejar volar nuestra imaginación y poder disfrutar de la cultura que aporta la música electrónica a nuestro país enriqueciéndonos minuto a minuto actuación tras actuación. Llega el momento de cerrar la mochila, volver a guardar nuestras ilusiones y prepararlas para el año que viene donde, sin duda, volveremos a encontrarnos.
Tx. Javier Rivate
La edición más floja de los últimos 5 años.
Vergüenzas de sesiones: totalmente planas ninguna progresión. El escenario de ElRow solo se podía estar sí estaba puesto de todo. Un desacierto total la psicodelic trip session. Luciano? Hola? Qué tipo de sesión fue esa? Ese no era Luciano!
Sí en próximos años no mejoran el cartel y dejan a los dj’s hacer su trabajo podrían dar con la entrada una bolsita con sustancias. Entonces sí que funcionaria.
Monegros no es la excusa para ir al desierto y drogarse, es el sitio pra escuchar música electrónica única.
Un año más la familia Arnau de capa caída. Dejaros de alimentar a los adolescentes y preocuparon por la calidad musical, que para eso pagamos y asistimos a estos eventos.
Buena crónica, compañeros 🙂
Muchas gracias, esperamos que disfrutarais tanto como nosotros!
Desde mi punto de vista estoy completamente de acuerdo con Dorada. No he entendido nada de esta última edición. Mi primera visita al festival fue en 2003 y aunque no he ido todos los años solo me he dejado 4 ediciones sin ir así que creo que tengo algo de conociemiento sobre el tema.
El cartel ya no era algo para colgar en la pared de tu habitación. Sobretodo por las grandes ausencias (Varela,2ManyDjs,Laurent Garnier,Miss Kittin,Aoki,Felix d@Housecat,Miguel Mendoza… por decir algunos a los que eché de menos).
Los horarios tampoco me parecieron de lo más correcto y es que por poner un ejemplo después de la sesión de Dave Clarke a las 7 de la tarde que fue intensa, rítmica y contundente, le siguió una noche con varias horas de sopor que no se recuperó hasta la madrugada con Richie Hawtin para algunos o Surgeon para otros.
Pero lo peor ha sido que los artistas que tenían que sustituir a las grandes ausencias no dieron la talla. Justice fué pésimo, una sesión sin ninguna coherencia, ahora parece que todo el mundo quiere ser 2ManyDjs, pero no todos tienen la gracia o el talento. Underworld fue fiel a su identidad y estuvo bien pero dice mucho de la calidad musical del festival que un grupo de hace 20 años resultara ser de lo mejor. Sobre The Bloody Beetroots no digo nada porque son de mis favoritos y para mí siguen siendo un soplo de aire fresco.
Por último una breve andanada a las performances, todo eso de traer artistas y aparatos está muy bien siempre y cuando no hacines a toda la gente que está bailando los unos contra los otros para que pase un caballo gigante de hierro.
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