Crónica A Summer Story 2015
Después de una serie de polémicas y de un Año Nuevo algo más movido de lo habitual, A Summer Story y la promotora Disorder Events se sometían a un examen muy importante en el que los jueces más críticos iban a valorar el punto y seguido o el punto y aparte de un evento que comenzó siendo un festival más, pero que con el paso de la semanas y según iba aumentando su cartel principal, fue ganando adeptos.
Un evento sobre el que estaban puestas muchas miradas que daba comienzo el viernes 10 de Julio con los nervios a flor de piel por parte de todos los responsables en llevar a cabo la primera edición de A Summer Story. Y es que, en primer lugar, iban a someterse a un control exhaustivo sobre uno de los focos que más polémicas suele causar en un festival y que por tanto más críticas concentra: el tema del transporte hasta el recinto, ya que el mega complejo Ciudad del Rock situado en Arganda del Rey está algo alejado de los principales medios de transporte públicos. Pues bien, nuestra primera impresión fue satisfactoria, no sólo porque nada más desembarcar en la céntrica plaza de Conde de Casal había unas azafatas encargadas de dirigir a todos los fans al destino concreto de dónde iban a realizar la salida los autobuses de la organización, ni porque los encargados de la seguridad estaban preparados a conciencia (algo que suele venir de la mano de su antipatía, aunque para nuestra sorpresa no fue así en absoluto), sino porque debido a los retrasos que se produjeron el primer día con motivo tanto del tráfico de coches como de personas, supieron solucionarlo para el día siguiente aumentando la flota disponible.
Una vez en el recinto, el ambiente era insuperable, mucha gente alrededor (el número de asistentes se ha fijado en 27.000 entre los días) y muchas ganas de empezar a disfrutar de la mejor música posible, aunque para nosotros concretamente el día fuerte iba a ser el sábado, luego descubriréis por qué.
Una vez dentro y sin esperar mucha cola ni para entrar al recinto ni para hacer el cambio de dinero a Tokens, fuimos directamente al escenario Stardust que iba a reunir a algunos de los mejores artistas techno del momento como fueron el siempre incombustible Chris Liebing quien como de costumbre no defraudó: un techno con mucha clase y mucho ritmo sabiendo manejar de manera ejemplar los tempos en un set cargado de grandes graves que puso patas arriba a todos los asistentes de esa carpa. Sinceramente, la mejor manera de encarar esta noche. Al alemán le siguió uno de los artistas franceses que mejor saben manejar las melodías pegadizas del techno europeo, Julian Jeweil, como ha demostrado en bastantes de sus temas. A nadie se le olvida aquel verano de 2006 cuando «Air Conditionne» irrumpió en todos los sets. Pues bien, en A Summer Story nos presentó una actuación en formato live que durante una hora y media inundó Arganda con una clase magistral de cómo llevar a cabo un set en este formato, empezando de más a menos para terminar casi en un éxtasis continuo del que fue difícil recuperarse, de ahí que después de disfrutar de la actuación de Rødhåd decidiéramos dar una vuelta al recinto para tomar algo, ver la zona de merchandising y los otros escenarios y volver a descansar, ya que el segundo día iba a ser muy largo.
El sábado la cosa empezó pronto ya que una de las grandes apuestas del festival daba comienzo a una hora algo inusual para este estilo de musical, y eso que pese a que el escenario Bass empezara algo flojo en lo que se refiere a asistencia, poco tardó en llenarse hasta la bandera. Los primeros de los que pudimos disfrutar y que por fin vimos después de haberlo intentado en varias ocasiones sin éxito, fue el dúo sevillano Dub Elements. Una de las mejores formaciones de nuestro Bass nacional que lleva la contundencia como seña de identidad, y así lo demostraron con una hora y cuarto donde, pese al calor inicial, la gente no paró de saltar y de mover el cuello con guiños a grandes grupos como The Prodigy – Voodoo Pleope, la remezcla de Pendulum, o la versión del tema The Queen – Rock You de Exicision y Downlink, que terminó por volver locos a todos los presentes. Pero aquí no acabó la cosa, ya que después fue el turno del plato fuerte de la noche para nuestro medio, ya que Zomboy, uno de nuestros dj´s fetiche, iba a terminar de «quemar» a los aficionados del Dubstep de Madrid. Con él, el número de asistentes rápidamente se dobló, y los múltiples seguidores del británico llenaron la pista con camisetas y caretas suyas. Con este ambiente, Zomboy no podía defraudar y, como de costumbre, no lo hizo. Con un tracklist lleno de Dubstep, Trap y hasta EDM, un estilo al que le dio varios «palitos simpáticos» con algún que otro guiño con los que le tiró de las orejas, terminó con las fuerzas de mucha gente. Los mejores momentos fueron con algunos de sus propios temas como «Delirium» o «Terror Squad» o su remezcla del tema de Dillon Francis – «When We Were Young». Por su parte, el remix de Spor de uno de los últimos temas de The Prodigy, «Nasty», tampoco pasó desapercibido, como tampoco lo hicieron algunos temas inéditos que formarán parte de su nuevo disco y que el británico nos presentó en primicia. Todo esto acompañado con su habitual repertorio de saltos y bailes que hacen que su actuación sea siempre de 10. Un DJ que da todo en cada una de sus actuaciones y que es capaz de contagiar su buen rollo a todos los asistentes. Además, tuvo el detalle de, una vez terminada su actuación, bajar a hacerse fotos y agradecer a todos sus fans su asistencia. Un gesto con el que terminó de enamorarnos.
Una vez recuperadas las fuerzas y habiendo visitado la espectacular zona de restauración y de descanso que, por otro lado, se merecen una mención aparte debido a su calidad y su preparación (la comida era variada y muy buena y la zona de descanso amplia y muy cómoda), nos dispusimos a conocer el escenario principal que, para este día, lo iba a ocupar el Winter Stage. Un área dedicada al techno 100% en la que pudimos disfrutar del espectacular directo de Matador, una actuación a la debo de confesar que a pesar de que llegué algo reacio terminó sorprendiéndome gratamente con un gran sonido y una gran iluminación con la que se creó un ambiente underground bastante bueno lleno de láseres verdes que cruzaban, de principio a fin, la pista de baile. Un live repleto de ritmo al que costó llegar, ya que el comienzo fue algo más flojo, pero que acabó con un público entusiasmado con los brazos en alto pidiendo más. El mejor «calentamiento» para otros de los cabezas de cartel para los amantes del techno: Tale Os Us y Deep Dish, el dúo formado por Dubfire y Sharam que llenaron el escenario principal de arriba a abajo y de izquierda a derecha pese a las grandes dimensiones de éste. Una sesión que rompió, en menor medida, con el ritmo anterior bajando un poco las revoluciones y dejando a la gente algo más parada, a lo que hay que sumar un par de errores que provocaron el corte de la música 2 veces que enfadaron bastante a los asistentes. Un sesión demasiado lineal en la que el intercambio de dj´s se notaba claramente y que prometía más de lo que fue, por lo menos, bajo nuestro punto de vista.
Con todo esto, para nuestro medio, A Summer Story se terminó con un magnífico sabor de boca y con un examen más que superado por parte de todo el festival: transporte bien, organización excelente, personal amable, limpieza en los baños, sonido decente y escenarios sin grandes virguerías pero más que aceptables desde el punto de vista de la iluminación. Una primera edición por la que Disorder Events pueden estar más que satisfechos con la que se han vuelto a situar como uno de los mejores promotores de festivales de nuestro país ganándose el respeto de todos los asistentes y poniendo un punto y seguido para la celebración de, esperemos, muchas más ediciones, ya sea tanto de A Summer Story como de Madrid Winter Festival.
A SUMMER STORY ONLINE
Buen sonido?? Debimos estar en festivales diferentes….
Flagrante falta de potencia y ecualización.
Buenas Carlos,
te damos la razón en que el sonido en algunos momentos y en algunas carpas no fue el mejor, tal y como puedes ver en nuestra crónica, donde literalmente ponemos que el sonido fue «decente» y no bueno 🙂
Sin embargo, en líneas generales y teniendo en cuenta las dimensiones del recinto, podemos darnos por satisfechos con el sonido, lo que no quita que al año que viene tengan que mejorar ese punto si quieren realizar un festival de «10».
¡Un saludo y gracias por pasarte por aquí!