A Summer Story 2017 o cómo conseguir hacer las cosas rematadamente bien
Si un palabra puede describir este año A Summer Story es profesionalidad. Estamos hartos de volver a casa de festivales en los que se intenta escatimar con el cliente, en los que prima el principio de “¡Para qué vamos a dar tanto a nuestros clientes!” o «¿Para qué poner tanto sonido si con menos también suena?«; festivales en los que 1 solo camarero tiene que servir a 200 clientes a la hora o en los que ir a los baños es una auténtica “Misión Imposible” o más bien, jugarte tu integridad física debido a la cantidad de mierda y suciedad que hay en ellos desde bien temprano.
Pero no, no ha sido el caso de este año en A Summer Story, y el año pasado tampoco lo fue.
Tengo que dar la enhorabuena a la Organización por esta magnífica producción que solo puedo calificar de profesional, exquisita y perfecta. Desde el minuto 1 hasta mi salida del festival, fui testigo de un decálogo de buenas maneras, buenas conductas y visión de negocio que, de veras, hacía tiempo no veía en festivales de electrónica, más bien acostumbrados a “atrapa el dinero y corre”.
Un 10 en accesos e información a la entrada del recinto. Un 10 en cantidad de barras y personal al frente de ellas, en ningún momento se esperaba más de un minuto para ser atendido. Un 10 en baños, limpieza de los mismos e información sobre su ubicación. Un 10 en iluminación del recinto de tránsito de un lugar a otro. Un 10 en zonas de descanso. Un 10 en zonas de restauración, con una amplia variedad y calidad de servicio. Pero sobre todo, si algo hay que destacar de esta edición es el sonido, la escenografía, visuales e iluminación de escenarios, incluso por encima de los artistas. Desde aquí dar la sincera enhorabuena a FLUGE por, sin duda, el despliegue de watios, personal humano, iluminación, pantallas de leds y el diseño de unos escenarios que perfectamente podrían serlo de grupos de Rock como ACDC, Gun’s & Roses o U2.
Desde NRF Magazine queremos dar las gracias y felicitar a A Summer Story por haber logrado, casi, la perfección en un festival.
Las únicas notas discordantes en la jornada del viernes, que es la que estoy comentando ya que no pudimos asistir el sábado, fueron las pocas ganas y poca entrega generalizada de los artistas del Área Techno o Mainroom. Solo puedo salvar una hora de Adam Beyer, que fue el que más a la altura estuvo, y un fragmento de Joris Voorn. El resto fueron a pasar su horario lo más de incógnito posible y a correr. No se si será que han venido del Sónar o Awakenings muy cansados pero, a unos artistas de esta talla con esos cachés y en el único festival de Madrid, no se les puede consentir tal falta de entrega y ganas. Sin duda los grandes triunfadores de esta edición del A Summer Story ha sido la Organización.
Desde aquí, os animamos a que sigáis con esta gran entrega, este gran trabajo y este gran derroche de profesionalidad para que el A Summer Story del año 2017 sea la edición de la consolidación a nivel nacional.
A SUMMER STORY ONLINE
Txt. Fernando García (Freeman Spain)